Foto: Cortesía de Andrés Amores
Finalmente, conversamos con Vicente Castañeda, ilustrador
de cómics y activista de la cultura geek, quien asegura que “Superman 2025 no es solo una
película. Es una carta de amor a quienes crecimos dibujando capas en los
cuadernos. Y eso, aunque suene cursi, se agradece profundamente”. Castañeda,
quien lleva años trabajando con personajes de ficción en la escena
independiente ecuatoriana, también destaca el impacto visual de la cinta. “La
paleta de colores, el diseño del nuevo traje y la forma en que se encuadra el
vuelo... es poesía para los ojos de un fan. Por fin sentimos que alguien nos
tomó en serio”, afirma. Para él, esta versión de Superman no solo vuela, sino
que vuelve a elevarnos como comunidad imaginativa.
GALERÍA DE FANARTS
Christopher Reeve mirando Superman
"Superboy" Fanart hecho por: Redbear UK
"DC Pide" Fanart hecho por: Jon Kent_____________________________________________________________________________________________________________________________________
Quito suena más fuerte: el auge de bandas
alternativas reconfigura la escena
Entre riffs distorsionados la nueva generación de artistas quiteños toma los
escenarios para hacer del emo y metal una forma de resistencia emocional.
Los márgenes se han vuelto el centro. En
sótanos, casas ocupadas, ferias autogestionadas y bares independientes, nuevos
proyectos musicales están encendiendo una escena alternativa que mezcla metal experimental y emo visceral en Quito. Más allá del género, los
une una misma urgencia: gritar lo que muchos callan y bailar con rabia en
tiempos inciertos.
Foto: Cortesía Bitter Velvet - Unleashed Fears
Por: Arielle Victoria
Uno de esos gritos viene desde las cuerdas
abrasadas de Bitter Velvet, una banda de metal formada por personas disidentes
y neurodivergentes. Su guitarrista, conocido como Hozu Rusher, lo dice sin
rodeos: “Muchos creen que el metal es solo destrucción, algo satánico o
depresivo. Pero para nosotres, es un espacio donde hablar libremente del amor,
del abandono, del dolor y de la fuerza que queda después de romperse”. Su nueva
canción, Whispers of You, es un grito íntimo tras una ruptura: habla de esa
sensación de estar muriendo por dentro, de que el silencio del otro pesa más
que el ruido, pero también de cómo, al final, sobrevives. “Es una canción que
nace del desgarro, pero no se queda ahí. Queremos mostrar que incluso cuando
todo duele, hay algo que te empuja a seguir, a hacerte más fuerte, a volver a
amar de otra forma”, dice.
Entrevista de Punto y Coma a Hozu Rusher de Bitter Velvet
ESCUCHA LA CANCIÓN AQUÍ
Foto: Cortesía Poncho LP
En esta misma constelación de sonidos crudos y
vulnerables aparece Poncho, una banda de emo y skamz existencialista nacida
entre supletorios, conciertos barriales y chats compartidos. Locro, su
vocalista, en una entrevista para Punto y Coma lo resume así: “Queremos crear una estética y una atmósfera que
suene a Ecuador. No solo hacer indie, sino un género propio. El público es el
que también hace al artista”. Con integrantes de entre 15 y 17 años, la banda
está por representar al país en el festival emo latinoamericano del Movimiento
Circular de los Árboles, en Perú. “Es algo increíble. Nos ilusiona poder
mostrar lo que se está haciendo desde acá”, dice.
Durante los últimos dos años, un enjambre de
nuevas bandas ha emergido con una energía que recuerda al underground de los
noventa, pero con códigos actuales, digitales, disidentes. Según el crítico
musical Juan Pablo Guerrero, “estas bandas están ocupando el vacío simbólico
que dejó la pandemia. El pogo volvió, pero ahora es más queer, más decolonial.
No es solo música, es catarsis colectiva”.
El sociólogo Francisco Hidalgo Flor, docente de
la Universidad Central, analiza el fenómeno como una respuesta a un modelo
cultural asfixiante. “Estas propuestas resignifican la música como acción
colectiva. Son hijos del desempleo, la ansiedad climática y el caos urbano. No
buscan entrar a la industria: buscan crear otra. En ese sentido, son
profundamente políticas”. Pero también, dice, son profundamente íntimas. En un
mundo donde los sentimientos fuertes —como sufrir por amor, sentir abandono,
rabia o desesperanza— siguen siendo vistos como exagerados o débiles, el metal
y sus variantes ofrecen un refugio. “El grito es lenguaje, el ruido es emoción.
Estas bandas permiten decir lo que no cabe en una balada o en una conversación
educada. Canalizan lo inaceptable: el llanto intenso, la pérdida, el deseo de desaparecer
y también la voluntad de seguir. Eso las vuelve necesarias, no solo como
propuesta musical, sino como afirmación emocional de existencia”, concluye.
GALERÍA
Portada de Bitter Velvet "Born to be young"
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